poesía

063 Real de Catorce

Que extraño es descubrir o redescubrir un lugar que se cree conocer, que se ha recorrido varias veces; aunque siempre durante el día. Que extraño es recorrerlo con el manto de la noche, con sus calles atestadas de gente y con música de fondo.

Real de Catorce siempre será un lugar hermoso y aunque suene a cliché: mágico, pues ese el mejor adjetivo para describirlo. Y justo solo en eso podía pensar anoche mientras me descubría en medio de este pueblo como la primera ocasión en que lo visitaba de noche, no era el único pues también era así para mis acompañantes; la cercanía es la culpable sin duda. Vivir tan cerca que nuestra visita es tan breve, no nos damos el tiempo para maravillarnos por entero; tanto como es capaz de hacerlo este pueblo.

Afortunadamente acudía a una cita, a escuchar a un poeta que admiro de corazón; al maestro José Cruz. Y aun me siento flotando, extasiado por la música, por lugar y el momento. Si existe la envidia de la buena es la única que puedo sentir por las letras de José Cruz, por su obra poética. Su música que es justo un hechizo, pues me yo era acompañado por algunos que desconocían el objeto del evento y regresaron encantados por lo escucharon. ¿Cómo no amar un buen poema, si la vida es poesía?

Gracias al maestro José Cruz, por sus letras y sobretodo por su enorme fuerza; por seguir siempre adelante a pesar de la dificultad. Gracias por una mágica noche, en un mágico pueblo. 

 

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Pregunto

Donde nace la mejor poesía, de la pluma o el teclado; de la alegría o el dolor.
De aquella libreta que deje olvidada con versos de poemas que nunca termino.
Surgen de la realidad o de la fantasía, de aquello que deseo y no tengo o de lo que puebla mi vida.
Se alimentan de besos y caricias o de lágrimas y heridas.
De miedo o fortaleza. De dudas o respuestas.
Que poesía es la más bella, la que habla de felicidad o de tristeza; de lo etéreo o lo mundano. La que existe o la que aún no se ha escrito, la que se lee y vive o la que termina en olvido; la que todos conocen o aquella que solo a mi me pertenece. Habla de odio o amor, de ti o de todo el mundo. 
Escrita con  tinta o sangre, cincelada en roca; trazada sobre arena o como un suspiro. Construida de palabras fuera de contexto, sin ningún orden o estilo; acompañada de rimas o carente de ellas. Simple o rebuscada, con alguna pendejada para no tomarse en serio.  
O quizás en forma de prosa adornada, llena de estrellas o alguna luciérnaga; por aquello del brillo. Debería volar, algo que nos haga sentir un poco más cerca de lo divino o nos recuerde que del barro hemos nacido.
Tiene sentido o razón, obedece alguna regla; debe poseer un color o desarrollar un tema. Inconclusa… 
Solo pregunto.

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A próposito… Escribo

 

Mi caso es peculiar. Yo lloro palabras. Mis lágrimas son tinta que resbalapor mi alma y caen, gotita a gotita, en un papel. Cada poema es un llanto,un lamento, una pregunta, un ‘te amo’, un ‘no me olvides’, un ‘¿meacompañas?’ Escribo para mantener a raya la locura y que no me coja. A llorar versos en flor, los pétalos forman un charco de perfume ymelancolía que baña mis pasos cuando siento que me perdí en el camino yestoy varado en la senda del barro de mi propia oscuridad.

«El cementerio de los versos prohibidos» – Txus Di Fellatio

 

«Escribo» – Txus Di Fellatio

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La Excepción

¿Y qué tal si…?
Hacemos una excepción,
y nos ahorramos las mentiras.

Los “por siempre” y “para siempre”.
Eternamente”, “hasta el infinito…”
“de ida y vuelta”.

Dejamos de contar estrellas,
pensar en “hasta la muerte”;
reglas ilógicas y de incondicionales.

Nos olvidamos…
de princesas y príncipes,
de cuentos de hadas;
sapos y seres de fantasía.
Ángeles y diosas,
criaturas soñadas.
De musas y poesía.

De magia y cupido,
de paraísos e irrealidades.
Desfallecer por ausencia,
de frases empalagantes;
motes cursis y diminutivos.

Qué tal si…
Le ponemos caducidad,
lo consumimos y continuamos.
Felices y libres,
sin rutinas o cadenas;
sin papeles o argollas,
sin rituales o promesas.

¿Y qué tal si?
A esa excepción
le ponemos nombre
y la llamamos amar.
Amar de verdad.

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