Soñé
– Anoche soñé contigo.
– ¡¿Ah sí?!
– Sí.
– ¿Y qué soñaste?
– Nada, fue… solo un sueño.
– ¿Nada? No entiendo entonces por qué tendrías que mencionarlo. Anda, dime ¿qué soñaste?
– Soñé… que no estaba más aquí, que me marchaba; no podía seguir a tu lado y por…
– ¡Para! No es gracioso. Odio cuando comienzas a decir esas cosas.
– ¡Ves! Te dije que no había sido nada, solo fue un sueño; lo siento.
– Está bien, te perdono; solo fue un mal sueño.
– Si, eso fue… Un mal sueño.