Mala Copa

De que el alcohol nubla la mente no existe novedad en ello, todo borracho que se precie de serlo percibe el mundo distorsionado.

Bien, entonces, recuerdo estar departiendo alegremente con los amigos sujetando mi copa de vino por su tallo entre mis dedos pulgar, índice y medio.Justo de esta manera viene a mi mente cada una de mis mas recientes reuniones, aunque bien sé que las memorias de un ebrio son traicioneras; y según dicen últimamente me pongo mala copa.

─Desde que comenzaste a boxear, cada que tomas quieres madrear al que se te ponga en frente.

Obviamente me resulta una afirmación falsa, en ningún momento he buscado pelear con nadie, solo por hacerlo.Comencé a entrenar box recientemente, hace apenas algunos meses, nada serio, con el único fin de ejercitar. Soy una persona pacifica.

Me ofende la afirmación que a raíz de practicar box, me he vuelto violento. Cuando justamente sucede lo contrario, ese espacio me proporciona un remanso de paz y calma, un escape al estrés de cada día. Por eso me molesta, siendo consciente que no puedo confiar en mis recuerdos y concediendo que me he convertido en un borracho “mala copa”, que los camaradas consideren a tan noble deporte como la causa de mi violencia.

Podría entender y hasta admitir cualquier otra razón, quizás por ejemplo, algo más simple: con los años me he vuelto más irascible. Aunque supongo que a ninguno de los idiotas con los que convivo se les podría ocurrir algo tan sencillo, a veces es demasiado pedir que piensen las cosas. A veces no sé qué haría sin el box como terapia.