Dije, y obtuve el silencio como respuesta acompañado de una sonrisa fingida en su rostro. Intente no darle importancia, seguir adelante; “aun no esta lista” pensé. Pero mi mundo se había detenido en espera de una respuesta.
-Te amo.
Insistí al pasar las semanas, lo dije de la misma forma; pero lo sentía con mayor intensidad y una vez más obtuve el silencio acompañado de su falsa sonrisa. “Le hace falta tiempo”, me dije. Y el reloj prosiguió su andar desmoronándome segundo a segundo.
– Te amo.
Clamé, temblando; aferrado a la esperanza. Era el ofrecimiento de mi alma y una petición de salvación. Era mi mundo suspendido en el instante previo justo al cataclismo. Y una vez mas el silencio, la sonrisa; ahora adornada por un abrazo.
– Te amo.
Me dijo, tiempo después y sonreí en silencio.