Escucha

¿Puedes escuchar los violines? ¿No? ¿Y pájaros? Tienes que escucharlos. Se acercan trinando por el cielo, los violines quizás es cosa mía pues a veces escucho cosas que no existen; pero los pájaros, se acercan y cantan con fuerza. Te digo, solo es cuestión de poner atención.

¿Sabes? Eso de la música, podrás pensar que estoy loco o que te digo una mentira; pero a veces la escucho es como si trajera una cajita de música aquí adentro, en el corazón; no siempre suena y ni siquiera es la misma melodía. ¡Pero acércate! Pégate a mi pecho y escucha, veras que es verdad.

¿Nada? ¡Imposible! Si justo en cuanto te me acercaste comenzó a sonar con mas fuerza, hasta parece que le dieron cuerda; clarito escucho todo un concierto que se propaga por mi cuerpo. Se siente como un calorcito muy agradable, que va quemándome de a poquito desde mi corazón hasta las uñas de mis dedos; poniéndome los pelos de punta y sacudiéndome por dentro.

Aunque no siempre se siente rico, a veces quisiera arrancarme la piel; para sacar ese hormigueo y acallar ese sonido infernal. Me tapo los oídos para no escuchar, con mucha fuerza pongo mis manos; pero no cesa. ¿Y como no lo voy a oír? Si viene de adentro de mí. Entonces solamente me tumbo en la cama a aguantar los temblores como condenado, hasta que pasa; a veces dura poquito y otras… Bueno, prefiero mejor ya no acordarme.

Lo que escucho ahorita, me gusta; es tan dulce esta melodía que hasta le siento sabor aquí en la lengua. Me encantaría que también pudieras percibirla. ¿Sera que estamos en diferentes frecuencias? A lo mejor eso es, entonces no podemos escuchar lo que traen otras personas sonando por dentro y a veces tampoco podemos oírnos a nosotros mismos; pero te digo que es solo cuestión de poner atención.

Aunque con tanto ruido, puedo entender esa sordera; nos asustamos del silencio y todo el día tenemos algo para espantárnoslo. Desde que despertamos prendemos la televisión para estar informados, en el carro el radio para saber del tráfico; si el solo carro se basta para no dejar que la calma se acerque, andamos de un lado a otro con los audífonos puestos o hablando hasta por los codos y así pasamos las horas. Estamos tan acostumbrados al sonido que cuando el silencio nos encuentra nos da miedo y corremos a escondernos bajo las sabanas hasta quedarnos dormidos, pero pobres de nosotros si nos agarra el insomnio. Porque entonces no queda mas que escuchar, escucharnos; hasta que el silencio se de por bien servido y el cansancio termina por rendirnos.

Quizás por eso algunos escuchamos con más facilidad las cosas, yo por ejemplo; llevo varios días sin dormir y supongo que el insomnio a fuerzas de hacerme callar, me fue afinando el oído. Por eso te digo, que quizás no estamos en la misma frecuencia; yo estoy aquí escuchando una sinfonía y tu ni si quiera me has dicho si escuchabas cantar a los pájaros.

4 comentarios en “Escucha”

  1. Si los escuchas tú, existen, aun cuando otros no puedan o no quieran escucharlas…
    Qué raro, tú llevas días sin poder dormir, yo llevo días sin querer estar despierta. De hecho a veces, a media mañana o en medio de la tarde, tengo la sensación de seguir dormida.
    ¿Sabes? Creo que te vendría bien leer «Crónica del pájaro que da cuerda al mundo».

    1. Entonces si lo escucho existe, es bueno saberlo; hay tantas cosas que escucho y no puedo ver. Que me llaman y a veces dudo de que sea reales.

      Llevo una vida sin poder dormir o la midad de ella, la otra mitad dormí de mas; uno se busca la mejor manera de soñar. Dormidos o despiertos.

      Ya empece, te contare cuando termine.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.