abril 2012
Aquella noche envejecí
Dejé la luz a un lado, y en el borde
de la revuelta cama me senté,
mudo, sombrío, la pupila inmóvil
clavada en la pared.¿Qué tiempo estuve así? No sé; al dejarme
la embriaguez horrible del dolor,
expiraba la luz y en mis balcones
reía al sol.Ni sé tampoco en tan horribles horas
en qué pensaba o qué pasó por mí;
sólo recuerdo que lloré y maldije,
y que en aquella noche envejecí.Gustavo Adolfo Bécquer [RIMA XLIII]
Por encima
— Gracias —. Fue lo único que atine a decir, jamás he sabido responder ante un cumplido; quizás porque no estoy muy habituado a recibirlos o más bien, porque no estoy seguro nunca de merecerlos.
La noche avanzaba mientras aquellas personas se sumían en el alcohol, las observaba una a una sin perder atención; no era la primera vez que lo hacía. No debería hacer falta mencionarlo, pero nunca me he sentido parte de ese ambiente o de ninguno que recuerde; entonces comencé a pensar quizás era cierto el halago y por ello yo no encajaba en aquel mundo.
Empecé a sentirme satisfecho y reír para mis adentros de las acciones de aquellos extraños, sus ingeniosos bailes y sus inteligentes conversaciones; los observaba complacido. Y tome un trago, o dos; para celebrar mi nuevo status. Podía sentir la euforia de saberme distinto y quería que cada uno lo supiera también, gritárselo al mundo.
Decidido salí al encuentro de algunos de ellos, fue tanta la emoción que trastabille y termine en el piso; todos comenzaron a reír y yo con ellos. — ¡Pendejos! —. Dije, mientras me reía a carcajadas tumbado en el suelo; los infelices no podían darse cuenta que yo me encontraba por encima de todos ellos.
Pregunto
Carentĭa
o con la certeza de la ausencia.
El olvido presente,
una omisión ignorada;
una perdida como enigma.
Algo o alguien,
no logro descifrar.
Solo percibo el mundo distinto,
un poco fuera de lugar.
Recorro mi andar
con calma, para poder responder.
¿Qué es eso que echo de menos?
¿Y dónde lo he dejado?
Reviso mis bolsillos
y lo que llevo encima,
hago memoria
y me cuestiono lo vivido.
De pronto, soy consiente;
y me doy cuenta.
Me descubro incompleto,
en un mundo extraño.
Y soy presa del vacío.