Trece

Me persiguen, estoy completamente seguro de ello; puedo escuchar su implacable marcha. No importa el lugar, no importa mi andar; su acechar es constante. A cada paso los segundos caen sobre mí. Uno, dos; tres…

Imposible escapar de esa turba imaginaria, violenta; que agota lo días y caduca la vida. Somos presas de nuestra creación, de un concepto abstracto empleando por acuerdo; nos controlan y rigen. Pienso en lo efímero y mientras pienso, avanzan. Diez, once; doce…

Y detrás del andar de cada segundo mi hora se acerca, puedo escucharla con claridad; impaciente por llegar. Veinte, treinta, cuarenta…

Me persiguen, se acercan; se agotan. Cincuenta y dos, tick; tack…
Tick, tack… Tick, tack…
Tick, tack.





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