Moriré

Moriré un lunes por la mañana justo cuando el sol comienza a salir, mientras el nuevo día nace; mi vida llegara a su fin.

Moriré por la mañana, porque morir en la noche o en la madrugada es de impacientes; solo aquellos que no pueden esperar el momento se adelantan a él. Moriré por la mañana porque creo que morir por tarde es de imprudentes, que aun a sabiendas que deben morir; no tienen la consideración de hacerlo a primera hora como si postergándolo unos instantes no fuera a suceder.

Moriré en lunes, porque creo es el día correcto para morir; de esta forma a nadie le arruino sus planes de entre semana y mucho menos su fin de semana. Moriré un lunes en la mañana para que la multitud no note mi ausencia, para que mis compañeros piensen que me quede dormido; para que nadie me extrañe al menos por unas horas.

No tengo idea de cuando moriré, no tengo prisa porque ocurra; pero tampoco tengo miedo. Cuando llegue ese lunes por la mañana estaré preparado.

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